La primera que me gustaría analizar y que me causó una buena sensación y nunca mejor dicho, fue la de INTERACTIVE PLANT GROWING, realizada por Christa Sommerer y Laurent Mignonneau.
Los usuarios que interactuan con este sistema, en un momento determinado se dan cuenta de repente de que las plantas son seres vivos realmente y les asombra descubrir que las plantas "sienten algo" de verdad. Cuando tocan una planta real ven el efecto de este contacto traducido a una forma gráfica en la pantalla, los usuarios se hacen conscientes de la intuición inmanente que ya tenían sobre las plantas.
Otra de las obras que impacta es la primera que se ve nada mas entrar en la exposicion, la de Sachiko kodama, PROTRUDE FLOW.
El electroimán tiene una altura de dos metros y un grueso circuito de acero que refuerza el campo magnético. La potencia del campo magnético en el punto central entre las dos bobinas es aproximadamente de 1.500 gauss. Dado que el magnetismo disminuye muy rápidamente, no produce efectos físicos, aun cuando el público se encuentre a sólo un metro del centro del imán. Se vierte ferrofluido en un recipiente redondo y delgado. Cuando el campo magnético se intensifica mediante el sistema que controla la corriente, emergen de la superficie del ferrofluido puntas proyectadas hacia arriba de acuerdo con la ley que rige la inestabilidad en el interior. La distancia entre las dos bobinas puede ajustarse utilizando un gato colocado en el interior. Potencialmente, el movimiento , la forma, y la posición del ferrofluido pueden variar mediante la modificación de la posición de la bobina o el programa informático
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